1997

Casi doscientos espectadores ocupados en trivias y el diecinueve, el ocho y el freezer, el cuatro y el mañana. Él, después de hablar de un tal Gus y alimentar su gato con nombre de robót, se fué a comprar helado a júpiter despegándo su nave desde la estación Baño-3. Ponía música con la ducha e imitaba con écos una voz en off :¨turn it off, this is off, it is off¨. A la media hora aparece ron pasa y vuelve sin cigarrillos, decidió dejarlo hace casi once meses porque hedían y mataban. Se sentó y dejo el culo encogerse y en el caliente. Revisó más fotos y sembró más comentarios esperando que algún día cosecharan. Pensó en más notas, recordó más árboles y luego ya cansado sedujo a la ciudad con todo y luces desde la ventana con vista presidencial. La contemplaba arañando una taza de té y recordando las 16:20 horas siendo en ese momento las 23:11. Él los necesitaba. Decía que le hacían sentir cosas que no podía sentir con piedras incineradas, ni ríos de caudales en direcciones infinitas. No siempre lo llenaba la tecnología en primera persona. El tipo prefería música de locos y películas de trivialidades distorsionantes capáces de aceptar interpretaciones de jóvenes de grandes corazones y cuestionantes. Ese helado se ve rico, comentó la foto de Rosa. Él era un tipo flexible, reconocía y admiraba a otros tipos de su misma especie que se ubicaban en otros sitios, y que al igual que él, creían o creyeron que valían un baúl de oro escondido por piratas de circo y perros voladores. Según nuestro muchacho, estos tipos tenían el ego suficiente para sancochar huevos con un radio de pensamiento y ¨otros desastres¨ distorsionantes. Estaban también las locas, que al igual que los tipos como Ellos y como Él eran igual de freak e interesantes. Sus genitales ya ni olían, no atraían machos, mas bien atraían vampiros, libros y vibraciones. Vestían puro-androide y hablaban de liberar al mundo, reciclaje y teorías mediambientalistas sin antes ponerle un solo jáque. Esa misma noche, después del comentario del helado llovió, tomó papél y lápiz y entonces lo escribió. Porque a veces se vive del cuento.